Decorar con blancos un dormitorio tiene el riesgo de obtener un resultado frío y poco acogedor. Que cuando entremos, algo por dentro nos diga: "qué frío hace aquí, ¿no?" y no nos apetezca estar. Para evitarlo, un consejo: combinar varias gamas de blanco, blancos puros y otros más mezclados, y combinar con texturas que inviten a los sentidos: lanas suaves, terciopelos, algodones con textura, sedas, etc.
En este dormitorio, su aparente simplicidad esconde materiales bastante sofisticados pero el resultado es cálido.
Por eso es importante hacer una adecuada escogencia de las telas, teniendo en cuenta texturas, diseños y color, para hacer de una habitación muy blanca un espacio acogedor.
No hay que renunciar al blanco, ¿quién no se sueña dormir en unas impecables sabanas blancas? Pues el blanco da sensación de limpieza, de frescura, y da un cierto aire de romanticismo a nuestra cama.
En el mercado actual hay una oferta muy interesante de textiles para darle ese toque diferente a nuestra cama aunque este completamente blanca.
Opta por bordados, franjas y letines para dar ese toque romántico que buscas-
Hay veces se hace tedioso quitar en la noche tanto cojín, pero en realidad vale la pena ver al otro día nuestra alcoba como de película. Una cama bonita y ordenada da seguridad, felicidad y demuestra el orden de su dueño.
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